Dentro de mis múltiples defectos está la incapacidad de abandonar un libro aunque me aburra. Este fenómeno lo he experimentado con La Casa y la Hiedra de Hilda Lawrence (1894 -según algunas biografías-1906-1976). De las dos historia o novela cortas que constituyen la obra (primero va La Hiedra, y la segunda es La Casa), ninguna de las dos ha conseguido elevar mi entusiasmo lector. Quizás las últimas 15 páginas de La Casa por aquello del desenlace pero poquita cosa, la verdad. Y creo tener mis razones. En primer lugar la obra no responde a lo que yo entiendo por género negro, tiene más de misterio e intriga victoriana. En estas dos obras falta acción, falta, incluso, deducción y sobra descripción. Son "espesas" en el sentido de "difícil lectura" y me ha parecido incluso una literatura anticuada, anticuada me refiero para la época que se escribió, sepan que son de 1949.
Algún lector, y créanme que defendería su postura en aras a la libertad y al gusto personal de cada uno, quizás me llevaría la contraria a ultranza y defendería la obra de Hilda Lawrence a capa y espada. Pero a mí, y soy lo más sincero que me es posible en mis apreciaciones, no me ha llegado.
En cuanto a la estética de la edición, nada que reprochar. La portada de Alvaro es una verdadera obra de arte y el formato el propio de la colección G.P. Policíaca, gran colección de la que ya hemos traído por aquí alguna reseña, por ejemplo la anterior a esta.
Título original: Duet of death
Portada: Alvaro
Editorial: Ediciones G.P.
Colección: GP Policiaca nº259
Género: misterio
Páginas: 206
Precio original: 20 ptas
Año de esta edición: 1965
Mi pasión por el género negro ha sido públicamente declarada en varias ocasiones en este blog, y si además las cubiertas son con obras de artes como la que aquí se reproduce, pues es lógico que de las doce entradas que llevo en esta Segunda Época del blog un 25% sea novela policiaca. Así que mucho me temo que le abriré sección propia.
Por cierto, de esta "La chica del club Mimosa" de Leslie Ford comencé lectura esta mañana y promete. Aquí sí estoy encontrando todos los elementos del género.
La idea de abrir una "Estantería de premios Nobel" ya fue anunciada. Mi duda era con quién abrirlo. Don José Saramago fue para mí tan importante autor que aprendí a leer en portugués para leerle las ediciones originales. "Ensayo sobre la Ceguera" aunque a ustedes le extrañe es una obra de terror y de distopía, una de las mejores del género. Ya les contaré en la reseña.
La Estantería de los libros de mi vida y su por qué. Canadá de Richard Ford, uno de ellos. Los remito, como no, a una próxima reseña.
La estantería del libro social. De ese libro que trata una temática tan hondamente social que podrían estar aquí o en mi otro blog De lo Social y Mucho Más (conociendo mi afición a las soluciones salomónicas lo más probable es que la reseña aparezca en ambos blogs).
John Grisham se aparta en esta ocasión del mundo de la abogacía norteamericana, que tantos bestseller ha generado, y nos lleva a Sudán del Sur a conocer a un adolescente con grandes dotes para el baloncesto. Un libro que en mi humilde opinión debería ser de lectura obligatoria en enseñanza obligatoria secundaria en cualquier país del mundo.
Y hasta aquí la reseña de este miércoles y los proyectos de futuro para este blog. Muchísimas gracias a tod@s.
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