He disertado poquito en este blog de la Fantasía Heroica (algunos llaman al género Espada y Brujería, yo prefiero Fantasía Heroica) y eso es imperdonable. Creo que puse algo en la entrada Día de mercadillo (II) del 15 de septiembre del presente (puse tres tomos de El Señor de los Anillos de la edición de Minotauro) y poco más, por no decir nada más. Bueno, eso no puede ser y más en un lector como yo profundo amante de ese género. Tocaba corregir la omisión y esta mañana estaba yo por la Aquilonia acompañando a Conan de las Islas, obra de Lyon Sprague de Camp (1907-2000) cuando reparé que el relato que Sprague de Camp me hacía del personaje de Robert E. Howard (1906-1936) emanaba paralelismos con una novela histórica que leí este verano. La verdad es que cuando explique lo de "los paralelismos" los vamos a ver en muchas novelas de históricas medievales e históricas de la antigüedad.
Comienza la explicación en Conan de las Islas (reseña en esta misma semana si no acontece nada catastrófico) tenemos un rey, tenemos enfrentamientos, tenemos batallas, tenemos lucha, tenemos secuestros, tenemos dioses, tenemos profetas, tenemos hechiceros, tenemos todos los elementos que constituyen un buen relato de fantasía heroica escrito con pluma y relatado con espada, lanzas, arcos y flechas. También tenemos reinos y mapas de extensiones incalculables con múltiples razas. Pero, aquí viene el pero, todo, absolutamente todo, es fantasía producto de la imaginación de un autor sin más coincidencia con la realidad que la mera casualidad. Vamos ahora a Gengis Kan, El Soberano del Cielo de Pamela Sargent, estupendísima novela histórica (reseña para esta semana, ya saben, si no me pasa nada catastrófico). Aquí tenemos... en resumen lo mismo, batallas, espadas, lanzas, territorios inabarcables (la Ruta de la Seda), muerte (por millones), destrucción, chamanes, dioses, secuestros, reyes.... Pero, pero... si en la fantasía heroica todo es fruto de la imaginación del escritor, como ya se dijo, aquí es fruto de una documentación histórica de alto nivel previa al relato que indica al lector, doy fe de ello pues me he documentado y he visto varios documentales para corroborarlo, que lo narrado se aproxima mucho a la realidad histórica de los hechos.
¿Adónde pretendo llegar con todo esto?. Simplemente a algo que sabemos los lectores empedernidos: QUE LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN; y esto que afirmo, estimadísimos lectores, NO ES UN MITO NI UNA LEYENDA.
Si tomamos algunas novelas históricas ambientadas, pongamos por caso en las invasiones vikingas, en los albores del Imperio romano, en alguna expedición poco conocida del mundo antiguo o medieval... vamos a llegar a la misma conclusión que yo he llegado esta mañana. Me comprometo a demostrarlo. Ya os traeré algunas sagas medievales que tengo por ahí y hablaremos.
Por aquello de no haber traído en dos meses casi nada de fantasía heroica, aquí mi propósito de enmienda con el anuncio de algunas lecturas para comentar en cuanto estén leídas.
Señores, no me digan que no tengo preparado "buen material". Lo confieso naves con velas rectangulares o cuadradas, islas remotas y mapas de mundos lejanos o desconocidos y ya estoy leyendo hasta que vea chiribitas.
Venga, pues nada. Lo dejamos aquí por esta tarde noche de domingo y a lo largo de la semana más. Muchísimas gracias a tod@s.
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